lunes, 8 de febrero de 2010

Paz de Versalles:

El Tratado de Versalles fue un tratado de paz al final de la Primera Guerra Mundial que oficialmente puso fin al estado de guerra entre Alemania y los Países Aliados. Fue firmado el 28 de junio de 1919 en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, exactamente 5 años después del asesinato del archiduque Francisco Fernando, uno de los acontecimientos que desencadenaron la Primera Gran Guerra. A pesar de que el armisticio fue firmado el 11 de noviembre de 1918 para poner fin a los combates reales, se necesitaron seis meses de negociaciones en la Conferencia de Paz de París para concluir en un tratado de paz. El Tratado entró en vigor el 10 de enero de 1920.
De las muchas disposiciones del tratado, una de las más importantes y controvertidas rezaba que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad de haber causado la guerra y, bajo los términos de los artículos 231-248,[1] desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales y pagar indemnizaciones a los estados vencedores. El Tratado fue socavado tempranamente por acontecimientos posteriores a partir de 1922 y fue ampliamente violado en los años treinta con la llegada al poder del nazismo.
Contenido[ocultar]
1 Historia
2 Estructura del Tratado
2.1 Cláusulas territoriales
2.2 Cláusulas militares
2.3 Cláusulas morales y políticas
2.4 Cláusulas económicas
2.5 Cláusulas laborales
3 Tratados relacionados
4 Bibliografía
5 Referencias
6 Enlaces externos
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[editar] Historia
Al finalizar la Primera Guerra Mundial y declararse el armisticio, los Aliados se reúnen en la Conferencia de Paz de París para acordar los términos de la paz con Alemania, el antiguo Imperio austrohúngaro (dividido en Austria, Hungría y Bulgaria). Uno de sus resultados es el Tratado de Versalles.
Las discusiones de los términos de la paz empiezan el 18 de enero de 1919, y fue presentado ante Alemania en mayo siguiente como única alternativa, y su rechazo habría implicado la reanudación de las hostilidades.
El día siguiente a la aceptación del Tratado, el 23 de junio de 1919, fue día de luto en Alemania, considerado como la primera gran derrota del parlamentarismo y el "pecado original" de la República de Weimar.
La delegación y el gobierno alemán consideraron el Tratado como un dictamen impuesto a la fuerza sin un mecanismo de consulta o participación. De hecho, el conde Ulrich Brockdorff von Rantzau (quien dirigió la delegación alemana) se vio imposibilitado de negociar nada en la conferencia. Particularmente molesto fue el precepto, incorporado en el Tratado, de la culpa y responsabilidad de Alemania en la iniciación de la guerra. Esto se convirtió en un elemento de tensión en la política interna en Alemania entre la derecha y los grupos nacionalistas —que rechazaban de plano todo el Tratado, siendo partidarios de su revocación—, y el centro liberal y los socialdemócratas —que trataban de suavizar las cláusulas más dañinas contra Alemania y otros paises.
El tratado estableció la creación de la Sociedad de Naciones (SDN), un objetivo prioritario del presidente de los Estados Unidos. El propósito de esta organización era mediar como árbitro en los conflictos entre las naciones para prevenir que se llegara a un enfrentamiento bélico. Se prohibió el ingreso a Alemania.
Otros requerimientos exigían a Alemania la pérdida de la soberanía sobre sus colonia (administrativa) y otros territorios.
Las duras condiciones impuestas a Alemania fueron utilizadas por el nazismo para alcanzar el poder y como pretexto para su política expansionista posterior.
[editar] Estructura del Tratado

Woodrow Wilson con la Comisión Americana de la Paz.

Francisco León de la Barra, ex-presidente de México: presidente de la Junta de Arbitraje del Tratado de Versalles.
Parte I -Cláusulas financieras (artículos 248 al 263).
Parte II - Las Fronteras de Alemania (artículos 27 al 30).
Parte III - Cláusulas para Europa (artículos 31 al 117 y anexos).
Parte IV - Derechos e intereses alemanes fuera de Alemania (artículos 118 al 158 y anexos).
Parte V - Cláusulas militares, navales y aéreas (artículos 159 al 213).
Parte VI - Prisioneros de guerra y cementerios (artículos 214 al 226).
Parte VII - Sanciones (artículos 227 al 230).
Parte VIII - Reparaciones (artículos 231 al 247 y anexos).
Parte IX - El Pacto de la Sociedad de Naciones (artículos 1 al 26 y anexo).
Parte X - Cláusulas económicas (artículos 264 al 312).
Parte XI - Navegación aérea (artículos 313 al 320 y anexos).
Parte XII - Puertos, vías marítimas y vías férreas (artículos 321 al 386).
Parte XIII - Organización Internacional del Trabajo (artículos 387 al 399).
Parte XIV - Procedimientos (artículos 400 al 427 y anexo).
Parte XV - Garantías (artículos 428 al 433).
Parte XVI - Previsiones, misceláneas (artículos 434 al 440 y anexo).
[editar] Cláusulas territoriales
A causa del tratado, Alemania redujo considerablemente su territorio europeo de 540.766 km² (1910) antes de la guerra, a 468.787 km² (1925) después de la Guerra, además fue obligada a ceder todo su imperio colonial, que fue repartido entre las naciones vencedoras (principalmente entre Gran Bretaña y Francia).

La Sociedad de Naciones (SDN) fue un organismo internacional creado por el Tratado de Versalles, el 28 de junio de 1919. Se proponía implementar las bases para la paz y la reorganización de las relaciones internacionales una vez finalizada la Primera Guerra Mundial.
La SDN se basó en los principios de la cooperación internacional, arbitraje de los conflictos y la seguridad colectiva. El Pacto de la SDN (los 26 primeros artículos del Tratado de Versalles) fue redactado en las primeras sesiones de la Conferencia de París por iniciativa del Presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson.
El 15 de noviembre de 1920 se celebró en Ginebra la primera asamblea de la sociedad, con la participación de 42 países.[1]
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial a mediados del siglo XX, la SDN fue disuelta el 18 de abril de 1946, siendo sucedida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).[2]
Contenido[ocultar]
1 Motivos de la creación de la Sociedad de Naciones
2 Admisión de integrantes
3 Miembros
4 Acciones y conflictos
4.1 Territorios bajo administración de la SDN
5 Razones del fracaso
6 Referencias
7 Véase también
8 Enlaces externos
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[editar] Motivos de la creación de la Sociedad de Naciones
La creación de la Sociedad de Naciones fue la reacción de las diferentes naciones contra los horrores que provocó la Primera Guerra Mundial.[3] Millones de muertos, inválidos, población civil desplazada, pobreza, deuda de guerra, la caída de cuatro imperios -el alemán, el austrohúngaro, el ruso y el otomano- que a su vez provocó inestabilidad política. La Sociedad de Naciones pretendía impedir una repetición de los hechos que dieron lugar a la guerra, como la falta de cooperación, la existencia de pactos secretos entre estados o la ignorancia de los pactos internacionales. Por eso se quiso crear un organismo a través del cual las naciones pudiesen resolver sus disputas por medios pacíficos en lugar de militares, evitando aquellas causas que llevaron a la guerra:
La propia exposición de motivos del Pacto de la Sociedad de Naciones proclama
Las Altas Partes contratantes: considerando que para fomentar la cooperación entre las naciones y para garantizar la paz y la seguridad, importa: aceptar ciertos compromisos de no recurrir a la guerra; mantener a la luz del día relaciones internacionales, fundadas sobre la justicia y el honor; observar rigurosamente las prescripciones del Derecho internacional, reconocidas de aquí en adelante como regla de conducta efectiva de los Gobiernos; hacer que reine la justicia y respetar escrupulosamente todas las obligaciones de los Tratados en las relaciones mutuas de los pueblos organizados; Adoptan el presente Pacto.
Exposición de motivos del Pacto de la Sociedad de Naciones.[4]
Véase también: Consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial
[editar] Admisión de integrantes
Durante las negociaciones en la Conferencia de Paz de París se incluye en la Parte I del Tratado de Versalles la creación de la SDN (Sociedad de las Naciones).
Los países integrantes originales eran los 32 miembros del anexo al Pacto y los 113 de los Estados invitados a participar, quedando abierto el ingreso futuro al resto de los países del mundo. Las excepciones fueron Alemania, Turquía y la URSS. Fue permitido asimismo, en el caso del Reino Unido, el ingreso de sus dominios y colonias, como India, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.
Estos países fueron incorporados posteriormente: Austria en 1920, Alemania -por medio del Tratado de Locarno- en octubre de 1925 (que posibilitó su ingreso como miembro en septiembre de 1926[5] ); Turquía en 1934 y la Unión Soviética en 1934. Estados Unidos nunca se incorporó a la Sociedad, debido a la negativa del Congreso estadounidense a participar en ella, aunque sí perteneció a sus organismos afiliados.
no me acuerdo== Estructura == Estaba organizada en tres organismos, según el Tratado de Versalles:
La Asamblea: compuesta por los Estados miembros de la SDN. Se reunía en el mes de septiembre de cada año en Ginebra, Suiza. Cada Estado tenía derecho a un voto. Se encargaba de proponer y votar las resoluciones y recomendaciones por unanimidad, así como elegir los miembros no permanentes del Consejo. Las candidaturas de nuevos países integrantes debían obtener la aprobación de dos tercios de los votos de la Asamblea. Además, debía aprobar el presupuesto de la Sociedad, el trabajo del Consejo, del Secretariado, organizaciones técnicas y comisiones asesoras. Tenía participación en la elección de los jueces al Tribunal Permanente de Justicia Internacional.
El Consejo: originalmente estaba compuesto por 5 miembros permanentes: Francia, Italia, Japón, Reino Unido y los Estados Unidos (el cupo de éste último fue dejado vacante en caso que se incorporara posteriormente); y 4 miembros no permanentes elegidos por la Asamblea y renovados por tercios cada tres años. En 1926 al ingresar Alemania, se le asigna el puesto de los Estados Unidos. Los estatutos son reformados en 1934, proveyendo un Consejo de 6 miembros permanentes, uno de cuyos asientos es asignado a la URSS -que acababa de ingresar- y 11 miembros no permanentes electos por la Asamblea. El Consejo sesionaba regularmente tres veces al año y en sesiones especiales si lo merecía la ocasión. Sus resoluciones se tomaban por votación unánime, salvo en materias de procedimiento. El consejo actuaba como una comisión de indagación y conciliación en cualquier disputa que le fuera presentada. Los países no integrantes de la Sociedad podían presentar cualquier tema que afectara sus intereses directamente al Consejo.
El Secretariado: organismo permanente que se encargaba de preparar las sesiones de la Asamblea y del Consejo, así como la elaboración de informes y documentos. Estaba encargado de las comisiones asesoras y del Alto Comisario de la Ciudad libre de Dánzig. Fueron Secretarios Generales:

El Palacio de las Naciones fue construido en Ginebra, Suiza, entre 1929 y 1938 como sede de la SDN.
Sir James Eric Drummond (Reino Unido) 1920-1933, designado de antemano por el Tratado de Versalles
Joseph Avenol (Francia) 1933-1940
Seán Lester (Irlanda) 1940-1946
Organismos Internacionales asociados o afiliados a la SDN:
OIT (1920)
Tribunal Permanente de Justicia Internacional (1922)
[editar] Miembros
Artículo principal: Países afiliados a la Sociedad de Naciones
Países Fundadores:[6] Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Chile, China, Colombia, Cuba, Dinamarca, El Salvador, España, Francia, Grecia, Guatemala, Haití, Honduras, India, Italia, Japón, Liberia, Nicaragua, Nueva Zelanda, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Persia, Perú, Portugal, Reino de Yugoslavia, Reino Unido, Rumanía, Siam, Suecia, Suiza, Sudáfrica, Uruguay y Venezuela.
1920-1930: Abisinia, Albania, Alemania, Austria, Bulgaria, Costa Rica, Estonia, Finlandia, Hungría, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo y República Dominicana.
1930-1940: Ecuador, México, Egipto, Iraq, Turquía y URSS.
[editar] Acciones y conflictos

Caricatura de la época publicada en la revista inglesa Punch (Vol. 159, julio 28 de 1920)
Las principales acciones estaban enfocadas en fomentar una política mundial de desarme y seguridad colectiva. La reforma llevada a cabo por el Protocolo de Ginebra (Protocolo de resolución pacífica de conflictos internacionales 1924) hizo obligatorio el arbitraje en caso de conflicto. El rechazo del arbitraje por una de las partes en conflicto le hacía reconocer el carácter de agresor. Para ello se podrían aplicar automáticamente sanciones militares. Otra novedad del Pacto de la Sociedad era la obligación de los Estados miembros de publicar sus tratados y registrarlos en la SDN.
Logró una solución pacífica de los siguientes conflictos:
1920 — Suecia y Finlandia disputaban la soberanía de las Islas Aaland. La Sociedad decide a favor de Finlandia.
1921 — Disputa entre Alemania y Polonia por la Alta Silesia, sobre todo la zona industrial. La Sociedad decide el reparto entre Alemania y Polonia de la Alta Silesia.
1925 — Conflicto fronterizo en el cual tropas griegas invaden territorio búlgaro después de incidentes fronterizos. La Sociedad interviene rápidamente produciéndose la retirada de las tropas griegas y el pago de indemnizaciones a Bulgaria.
— Turquía reclama la soberanía de la provincia de Mosul, que formaba parte del mandato británico de Iraq. La Sociedad resuelve a favor del Reino Unido.
1932 — Arbitraje en la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay.
1938 — Arbitraje fronterizo entre Perú y Colombia por la zona de Leticia.
Sin embargo, éstos fueron de menor importancia frente a conflictos en los cuales las grandes potencias o grupos de países tenían intereses ya declarados, lo cual se dio en los siguientes casos decisivos:
1922 — Reclamaciones por la posesión de Vilna entre Polonia y Lituania. La Conferencia de Embajadores en París resolvió el conflicto, instalándose como instancia para resolver problemas que involucrasen o tuviesen su origen en el Tratado de Versalles.
1923 — El incidente de Corfú. Durante la solución de un conflicto fronterizo entre Grecia y Albania, fue asesinado el General italiano Enrico Tellini, quien había sido mandado a investigar en Grecia. Benito Mussolini ordenó el bombardeo de la isla de Corfú y el pago de una fuerte compensación. La Sociedad ofreció una solución, pero la Conferencia de Embajadores la rechazó y propuso una favorable a Italia, debido a las presiones de Mussolini.
1931 — La invasión japonesa de Manchuria. Japón era dueño de las minas, ferrocarriles, fábricas y puertos en Manchuria y mantenía una guarnición militar en la ciudad de Kwantung. Por medio de un incidente promovido por soldados japoneses el 18 de septiembre de 1931, se vuela una sección del ferrocarril japonés. De este incidente se culpó a los chinos, y Japón aprovecha la oportunidad para ocupar la ciudad de Shenyang. China pide ayuda a la Sociedad, la cual ordena la retirada de las tropas japonesas, pero el gobierno japonés no admite dicha petición. El ejército japonés continúa su avance por Manchuria. Para finales de 1931, Japón tenía el control de toda la provincia de Manchuria, la cual denominan Manchukuo. En octubre de 1933, la Comisión Lytton propone como solución la retirada de las tropas japonesas y la semiautonomía de Manchuria respecto a China. Las propuestas son aprobadas por la Sociedad, pero Japón se retira de ésta en 1933, con lo cual Japón incorpora plenamente a Manchuria como un Estado satélite.
1935 — Invasión italiana de Abisinia. En un intento por expandir sus colonias africanas, Italia invade Abisinia en octubre de 1935. El Emperador de Abisinia Haile Selassie, quien encabezaba la resistencia, describió en una sesión de la Asamblea los terribles métodos de invasión y pidió la intervención de la Sociedad. La Sociedad condena dicha acción e impone sanciones económicas, pero que no incluyen las exportaciones de carbón, petróleo y acero a Italia. Dichas sanciones -que no afectaron la capacidad productiva de Italia- no impidieron la conquista completa de Abisinia en mayo de 1936. Semanas después dichas sanciones fueron levantadas por la Sociedad y al poco tiempo Italia abandonó la Sociedad.
[editar] Territorios bajo administración de la SDN

Bandera del Sarre durante la administración de la Sociedad de Naciones

Bandera de Danzig durante la administración de la Sociedad de Naciones
El Tratado de Versalles entregaba a la SDN la administración directa y temporal de diversos territorios agrupados según sus dos distintos modos de administración:
Ex territorios de Alemania en Europa, administrados por el Secretariado
Sarre: por medio de una Comisión de 5 miembros (26 de febrero de 1919) por 15 años, tras los cuales se realizó un plebiscito para determinar si Sarre se unía a Francia o Alemania, o se mantenía bajo administración internacional. El 1 de marzo es incorporado nuevamente a Alemania tras los resultados de la consulta, donde más del 90% del electorado votó por la reincorporación a Alemania.
La Ciudad libre de Dánzig: por medio de un Alto Comisionado (15 de noviembre de 1920- 1 de septiembre de 1939). Después de la invasión a Polonia por la Wehrmacht, Danzig es incorporada en forma directa al territorio de la Alemania nazi.
Territorios fuera de Europa pertenecientes a Alemania y Turquía por medio de los mandatos de la SDN
Supervisados por la Comisión Permanente de los Mandatos.
[editar] Razones del fracaso
La SDN tuvo una serie de problemas desde sus comienzos. El primero fue la negativa del Senado de los Estados Unidos a aprobar el Tratado, que hizo que el gobierno estadounidense se autoexcluyera de participar en la SDN. El segundo fue la exclusión de Alemania y Turquía, debido a su condición de países derrotados en la Primera Guerra Mundial, además de haberse determinado oficialmente la responsabilidad exclusiva de Alemania por el estallido de dicha contienda. También fue excluida la Unión Soviética, dado el carácter comunista de su régimen (lo que fomentó la creación de un cordón sanitario de estados anticomunistas para evitar la propagación de la revolución bolchevique) y por el tardío reconocimiento diplomático de los vencedores de la Primera Guerra Mundial hacia el gobierno de Moscú (reconocimiento que sólo llegó poco antes de 1930). Ni siquiera en su mejor momento logró la SDN contar con más de cincuenta miembros.
Ya en 1923 se evidenció la debilidad de la organización cuando Francia invadió la región alemana de Renania para exigir reparaciones de guerra, sin que este hecho pudiera ser evitado o condenado a pesar de haberse prohibido oficialmente cobrar deudas de guerra mediante esta clase de ocupaciones militares.
La invasión de Manchuria por parte de Japón en 1931 fue el segundo gran golpe que recibió la SDN. Condenado por la agresión, Japón abandonó la organización en 1933 sin haber recibido sanciones efectivas de los miembros de la SDN y sin haber restaurado a China el territorio de Manchuria. Alemania había sido admitida en 1926 como miembro de la SDN en calidad de estado amante de la paz, pero el régimen nazi siguió en 1933 el mismo camino de Japón y se retiró de la SDN.
La Sociedad de las Naciones nunca consiguió la autoridad suficiente para imponer a sus miembros sus resoluciones en forma obligatoria. Esto se repitió en 1934 cuando la Asamblea General dicta una resolución referente a la Guerra del Chaco, la cual se desarrolló entre 1932 y 1935, teniendo como Estados beligerantes a la República del Paraguay y a la República de Bolivia. El fallo definitivo de la Asamblea General fijó posición en la disputa territorial favoreciendo a Bolivia, pero la República del Paraguay desafió la autoridad de este organismo y se retiró de la Sociedad de las Naciones, para luego resultar vencedor de la citada contienda.
Las invasión de Abisinia por Italia en 1935 reveló que la SDN carecía de autoridad efectiva para guíar una acción internacional contra las agresiones entre Estados, siendo completamente impotente para asegurar un mínimo de respeto a la paz mundial. Pese a que se aprobaron sanciones contra la Italia fascista en 1935, estas no fueron apoyadas por muchos países, y tampoco privaban a Italia de obtener materias primas indispensables para su campaña militar. Finalmente, los principales miembros de la SDN (Francia y Gran Bretaña) se negaron a tomar acciones más severas tratando de evitar (en vano) que Mussolini retirara a Italia de la SDN y se aliase con Hitler.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939 mostró el fracaso final de la SDN al ocurrir el principal evento que se deseaba impedir con la creación de la Sociedad: una nueva guerra a gran escala en Europa. El último gran acto oficial de la SDN fue expulsar a la URSS cuando tropas soviéticas invadieron Finlandia en diciembre de 1939.
La Sociedad de Naciones sólo mantuvo algunos servicios de ayuda a refugiados y de regulaciones laborales, en forma reducida, durante los años de la Segunda Guerra Mundial; para estos fines continuó utilizando su sede en la neutral Suiza y teniendo como último secretario general al irlandés Seán Lester, con un equipo de un centenar de servidores. La SDN fue disuelta oficialmente en abril de 1946 aunque su última Asamblea fue celebrada una vez finalizada la Guerra, entre el 8 y el 18 de abril de 1946, y su disolución legal no tuvo lugar hasta el 17 de julio del año siguiente.,[7] por lo cual sus archivos y bienes fueron entonces traspasados a la recién creada ONU.




La Revolución rusa de 1917 fue un movimiento político en Rusia que culminó en 1917 con la expulsión del gobierno provisional que había reemplazado el sistema zarista, lo que llevó finalmente al establecimiento de la Unión Soviética, que duró hasta su caída en 1991.
En la Revolución pueden distinguirse dos fases:
La primera fue la llamada Revolución de febrero de 1917, que desplazó la autocracia del zar Nicolás II de Rusia, el último de la historia, y tenía la intención de instalar en su lugar una república liberal.
La segunda fase fue la Revolución de octubre, en la que los soviets, inspirados y dirigidos cada vez más por el Partido Bolchevique, bajo el destacado papel estratégico de Vladímir Ilich Uliánov, conocido como Lenin, y la importante acción organizadora de León Trotsky, encabezando el Comité Militar Revolucionario, tomaron el poder mediante una insurrección popular armada, arrebatándolo al gobierno provisional dirigido por Aleksandr Kérensky, y disolviendo el aparato gubernamental del anterior Estado constitucional burgués, junto con sus instituciones: la gendarmería, las Fuerzas Armadas de Rusia, la propiedad privada sobre los principales medios de producción y servicios y más tarde la Asamblea Constituyente. Éstos fueron sustituidos a su vez por el Estado obrero, bajo el control o dictadura del proletariado y la democracia soviética, el control obrero de la producción, la redistribución de la tierra a los campesinos, tras la expropiación a los terratenientes y capitalistas, la Guardia Roja y el Ejército Rojo, organizado éste y dirigido por Trotsky. Además, se negoció la Paz de Brest-Litovsk y concedió el derecho de autodeterminación a las nacionalidades sometidas al imperio ruso. Esta segunda revolución se extendió por numerosísimos entornos, afectando tanto a las ciudades como al entorno rural. Al mismo tiempo que ocurrían muy importantes sucesos históricos en Petrogrado y Moscú, paralelamente empezó a desarrollarse un movimiento consolidado y extendido en el campo, especialmente en las zonas más fértiles del antiguo Imperio como el sureste de Ucrania, a medida que los agricultores fueron tomando y redistribuyendo la tierra, y organizándose en asambleas populares y grupos armados.
Contenido[ocultar]
1 Causas de la Revolución rusa
1.1 Causas económicas
1.2 Causas sociales
1.3 Causas políticas
2 Revolución de febrero
3 Revolución de octubre
4 Guerra civil
5 La Revolución rusa en el mundo
6 Personajes Importantes
7 Breve cronología de la Revolución rusa de 1917
7.1 Cronología expandida de la Revolución de 1917
8 Debate historiográfico
9 Bibliografía adicional
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Causas de la Revolución rusa [editar]
La Revolución rusa fue uno de los más importantes hechos ocurridos en la época contemporánea. Su impacto fue palpable tanto en América como Europa. Aunque la Revolución no hizo expandir el comunismo como un efecto inmediato, le dio a otros países convulsos del tercer mundo un ejemplo a seguir. Décadas después, el modelo filosófico/gubernamental tomaría renovada notoriedad a medida que Rusia, convertida en un estado totalmente socialista y en una superpotencia económica y militar, se enfrentara a los Estados Unidos en la Guerra Fría.
En cualquier caso, las dos revoluciones de 1917 se dividieron en dos grandes partes: la caída del régimen zarista (Revolución de Febrero) y la creación del primer estado comunista del mundo (Revolución de Octubre). Las causas de estas dos revoluciones abarcan las situaciones políticas, sociales y económicas de Rusia en la época. Políticamente, el pueblo ruso odiaba la dictadura del zar Nicolás II. Las bajas que los rusos sufrieron durante la I Guerra Mundial debilitaron aún más la imagen de Nicolás. Socialmente, el régimen despótico del zar había estado oprimiendo al campesinado durante siglos. Esto provocó tensiones dentro de la clase baja rural que desembocó en altercados. Económicamente, la inflación y el hambre por toda Rusia contribuyeron asimismo a la revolución.
Definitivamente, una combinación de estos tres factores, combinados con el liderazgo de Vladimir Lenin y León Trotsky, condujeron irremisiblemente a la Revolución rusa.
Causas económicas [editar]
Las causas económicas de la Revolución rusa se atribuyen en gran medida a la mala gestión del zar, sumada a la I Guerra Mundial. Más de quince millones de hombres se unieron al ejército, que dejó un número insuficiente de trabajadores en las fábricas y las granjas. El resultado fue una escasez generalizada de alimentos y materias primas. Los obreros tuvieron que soportar terribles condiciones de trabajo, incluyendo jornadas de doce a catorce horas y bajos salarios. Se desencadenaron cuantiosas revueltas y huelgas reivindicando mejores condiciones y mayores salarios. Aunque algunas fábricas accedieron a las peticiones para elevar los salarios, la inflación de guerra anuló su efecto. Hubo una protesta ante la que Nicolás respondió con violencia (véase Causas políticas); en respuesta, los trabajadores de la industria fueron a la huelga y paralizaron de hecho el ferrocarril y el resto de redes de transporte. Las pocas mercancías que estaban disponibles no podían llevarse a su lugar de destino. Los precios se dispararon a medida que los bienes esenciales eran cada vez más escasos. En 1917, el hambre amenazaba a muchas de las grandes ciudades. El fracaso de Nicolás en resolver los problemas económicos de su país y la promesa del comunismo por aplacarlos compuso el núcleo de esta revolución.
Causas sociales [editar]
Las causas sociales de la Revolución tienen su origen en siglos de opresión del régimen zarista sobre las clases bajas, además de los desmanes de Nicolás en la I Guerra Mundial. Aproximadamente un 85% del pueblo ruso formaba parte del campesinado, oprimido por las clases superiores y el propio régimen. El vasallaje, asociado comúnmente con la Edad Media, describe con precisión la situación social de la Rusia de Nicolás: Una pequeña clase de nobles terratenientes controlaban una vasta cantidad de siervos. En 1861, el zar Alejandro II de Rusia emancipó a estos campesinos no por razones morales sino porque impedía el avance social de Rusia. Sin embargo, esta nueva libertad fue de carácter limitado, dado que no tenían ninguna tierra que cultivar. Como resultado, el gobierno elaboró nuevas leyes que les otorgaban pequeñas parcelas que trabajar. Sin embargo, la cantidad de tierra que se les cedió fue insuficiente, con lo que se desencadenaron enormes sublevaciones. La I Guerra Mundial sólo aumentó el caos. La ingente demanda de producción industrial de artículos de guerra y obreros causó muchas más insurrecciones y huelgas. Además, como se necesitaban a muchos trabajadores en las fábricas, los campesinos emigraron a las ciudades, que pronto se vieron superpobladas, viviendo bajo condiciones que rápidamente empeoraron. Para colmo, mientras que la cantidad de alimentos requerida por el ejército era cada vez mayor, el abastecimiento tras el frente se empobrecía más y más. En 1917, el hambre amenazaba a la mayoría de las grandes ciudades. La suma de todos los factores anteriores contribuyó a un creciente descontento entre los ciudadanos rusos, que posteriormente desembocaría en la Revolución.
Causas políticas [editar]
La faceta política de la Revolución rusa es, esencialmente, el resultante de la combinación de los problemas sociales y económicos mencionados arriba. Desde al menos 1904, los trabajadores de clase baja de Rusia sufrieron una calamitosa situación económica.
Muchos de ellos trabajaban once horas al día. Las condiciones de salud y seguridad en el trabajo eran sombrías, y los salarios bajaban. Se produjeron numerosas huelgas y protestas con el paso del tiempo. Casi todas fueron ignoradas por Nicolás o reprimidas, en ocasiones de una manera violenta y mortífera (véase Domingo Sangriento). El intento fracasado de conquista de Manchuria fue también muy impopular entre el pueblo. Parte de la clase intelectual (educada en muchos casos en Occidente) también rechazaba la autocracia zarista. En 1915, la situación se tornó crítica cuando Nicolás decidió tomar el control directo del ejército, supervisando personalmente el frente de guerra y dejando a su incapaz esposa Alejandra al cargo del gobierno.
Sobre octubre de 1916, Rusia había perdido entre 1,6 y 1,8 millones de soldados, a los que había que añadir dos millones de prisioneros de guerra y un millón de desaparecidos. Poco ayudó estas cifras a la moral del ejército. Empezaron a haber motines, y en 1916 empezaron a circular rumores de confraternización con el enemigo. Los soldados estaban hambrientos y faltos de calzado, munición e incluso de armas. Se culpó a Nicolás de estas calamidades, y el pequeño apoyo que todavía le quedaba empezó a tambalearse. A medida que este descontento general y odio hacia Nicolás II crecían, la Duma (cámara baja del parlamento ruso representada por terratenientes, ciudadanos, trabajadores de la industria y campesinos) emitió una advertencia al zar en noviembre de 1916 declarando que se avecinaba el desastre sobre la nación si no se ponían en marcha reformas constitucionales. Como era de esperar, Nicolás hizo caso omiso. El resultado no se demoró, y varios meses después el régimen colapsó durante la Revolución de febrero de 1917. Un año después, el zar y su familia fueron ejecutados. A la postre, la gestión inepta del Estado y de la guerra por parte de Nicolás le costaron el trono y la vida.
Revolución de febrero [editar]
Artículo principal: Revolución de febrero
La Revolución de Febrero sobrevino casi espontáneamente cuando el pueblo de Petrogrado protestó contra el régimen zarista por la escasez de comida en la ciudad.
Existía también un gran descontento con la involucración en la Primera Guerra Mundial. A medida que las protestas crecían, muchos políticos reformistas, (tanto liberales como de extrema izquierda) empezaron a coordinar sus actividades. A principios de febrero las protestas se fueron tornando violentas en cuanto los ciudadanos se sublevaron y enfrentaron a la policía y los soldados. Cuando el grueso de los efectivos destacados en la capital se unieron a la sublevación, ésta se convirtió en una verdadera revolución obligando a abdicar al zar previo a una transición casi sin derramamiento de sangre.
Se constituyó un nuevo gobierno provisional, también llamado Duma, a la vez que se planeó la convocatoria de elecciones. Entre febrero y octubre los revolucionarios intentaron fomentar cambios más radicales, bien a través del Soviet de Petrogrado o de forma directa. En julio, los bolcheviques de Petrogrado, en colaboración con los anarquistas, promovieron una rebelión civil. Esta insurrección fracasó.
Revolución de octubre [editar]
Artículo principal: Revolución de octubre

Vladimir Lenin, líder de la revolución bolchevique de octubre
La Revolución de Octubre fue liderada por figuras tales como León Trotsky o Vladimir Lenin, y basada en las ideas de Karl Marx. Marcó el inicio de la expansión del comunismo en el siglo XX. Ésta fue mucho menos espontánea que la revolución de Febrero y fue resultado de planes deliberados y actividades coordinadas desde principio a fin. La asistencia logística y financiera de la inteligencia alemana vía su agente clave, Alexander Parvus, fue una pieza fundamental.
El 7 de noviembre de 1917, los líderes bolcheviques Vladimir Lenin y León Trotsky lideraron a los revolucionarios de izquierda en una revuelta contra el ineficaz Gobierno Provisional (Rusia aún estaba usando el calendario juliano, de modo que las fuentes del momento citan la fecha como 25 de octubre). La Revolución de Octubre culminó la fase revolucionaria instigada en febrero, reemplazando el gobierno provisional, encabezado por Kerensky, por el poder organizado y deliberativo de los soviets obreros, soldados y campesinos, verdaderos organismos de participación política y asamblearia por parte de las clases trabajadoras de la población. Sin embargo, aunque muchos bolcheviques (tales como León Trotsky y el propio Lenin) apoyaban una democracia soviética, el modelo de «reformas desde arriba» y del socialismo en un solo país ganó el definitivo poder en detrimento de la teoría de la revolución permanente de Trotsky cuando Lenin murió y Stalin asumió el control de la URSS y del Partido Comunista de la Unión Soviética. Trotsky y sus simpatizantes, además de otros comunistas democráticos y anarquistas, fueron perseguidos y finalmente encarcelados o asesinados.
Después de octubre de 1917, muchos miembros del Partido Socialista Revolucionario y Anarquistas se opusieron a los Bolcheviques a través de los soviets. Cuando esto falló, provocaron varias revueltas en una serie de sucesos llamados la «Tercera revolución». El más notable ejemplo fue la Rebelión de Tambov, entre 1919 y 1921, y la Rebelión de Kronstadt en marzo de 1921. Estos movimientos, que exigían una extensa variedad de demandas y carecían de una efectiva coordinación, fueron finalmente aplastados durante la Guerra civil.
Guerra civil [editar]
Artículo principal: Guerra civil rusa
La Guerra civil rusa, que estalló en 1918 tras un breve periodo después de la Revolución de octubre, trajo muerte y sufrimiento a millones de personas de ambos bandos sin importar su postura política. Los contendientes eran denominados, por un lado, los «rojos», comunistas y revolucionarios, y, por el otro, los «blancos», fuerzas contrarrevolucionarias organizadas por altos mandos del antiguo Ejército Ruso, tales como los generales Kornilov y Alexeiev, en torno a los llamados Ejércitos de Voluntarios, que agruparon principalmente a monárquicos zaristas, reaccionarios y conservadores, protofascistas, liberales y capitalistas, nacionalistas, y socialistas moderados o reformistas, tales como los social-revolucionarios de derecha y los mencheviques, que se oponían a la revolución bolchevique. Además de aquellas viejas capas de la población que veían perder sus privilegios o posición social, o se veían beneficiados por el anterior sistema, los blancos recibían el apoyo de potencias extranjeras tales como el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón, Polonia o Turquía, que intervinieron activamente en la contienda mediante el envío de material, recursos, aparato logístico o numerosos contingentes de tropas.
Además, el también llamado «Ejército Verde» (formado por nacionalistas) y el llamado «Ejército Negro» (formado por anarquistas) desempeñaron un papel secundario en la guerra, principalmente en Ucrania.
La Revolución rusa en el mundo [editar]
Hay quien dice que la revolución rusa fue ideada para extenderse a través de todo el mundo. Lenin y Trotsky dijeron que la meta del socialismo en Rusia nunca se llevaría a cabo sin el éxito del proletariado mundial en otros países, como se vio en la Revolución Alemana. Sin embargo, hasta el día de hoy, este asunto es objeto de opiniones contradictorias por varios grupos y partidos marxistas sobre la historia comunista .
Algunas fuentes declaran que fue Stalin el primero en rechazar la idea, afirmando que el socialismo era posible en un solo país.
En cambio otras fuentes (principalmente trotskistas) afirman que esto fue simplemente una excusa de Stalin y sus seguidores para revocar los avances democráticos obtenidos durante la revolución y consolidar su dictadura burocrática.
La confusión sobre la postura de Stalin en la materia deriva del hecho de que, después de la muerte de Lenin en 1924, manejó con éxito el argumento de éste (el triunfo del socialismo necesita del esfuerzo de los trabajadores en todo el mundo) para derrotar a sus competidores en la sucesión acusándoles de traicionar a Lenin y, por extensión, los ideales de la Revolución de Octubre. También mandó ejecutar a muchos de ellos durante la Gran Purga.

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